top of page
Blog: Blog2
Buscar

Observatorio de Calar Alto y el paso por Alto de Velefique, y tres mil curvas más.

  • Foto del escritor: La Ardilla Viajera
    La Ardilla Viajera
  • 2 sept 2020
  • 5 Min. de lectura


Imagínate que te besan en el cuello sin esperarlo, y tú te estremeces y se te erizan en un escalofrío que recorre todo tú cuerpo hasta el último pelo de tú piel, y en ese preciso momento te hacen un electrocardiograma. Así, con esos picos y requiebros me pintó el navegador del móvil la ruta que hice ayer.

Cuanto más aumentaba la pantalla, más curvas aparecían.

Ayer fui a conocer parte de los entresijos del Valle de la Almanzora en Almería y vine destrozado, como cuando te enamoras por primera vez. Se merece un vídeo y unas palabras de amor el desbarajuste de huesos que me creo ayer el electrocardiograma del navegador.


Quería evitar lo máximo posible la aburrida autovía así que de buena mañana me cogí dirección Cambil y Huelma, para después dirección a Guadahortuna desembocar en la carretera de Darro que me llevará hasta Guadix y allí encarar la A-92 dirección Almería.



En Gégal te sales de ese aburrido alquitrán aunque el paisaje ya ha cambiado a mi vista y el desierto empieza a tomar forma, y el mar de olivos que me acompaña desde toda la vida se torna en una tierra amarilla, seca donde malvive un matorral de monte bajo que a duras penas se agarra a la tierra, las jaras están cuarteadas y les falta un suspiro para caer vencidas de los bancales y los valles. Y sobre todo en esta época del año donde el agua brilla solo en el Mediterráneo, porque lo que es del cielo, nada de nada. Aún así hay un encanto mágico que te atrapa y hace tan devoto al desierto y todo lo que esconde en su elemento. Quiero comprender al aficionado que busca el desierto como aventura.


En este caso fui solo a mirar un poco. En este caso llevaba faena apuntada y debía sacar la máxima responsabilidad y producción a esta ruta. Acabáramos la cosa está montada de esta manera.

Menos mal que nunca sale las cosa que quiero. Y sin duda, es lo mejor que me puede pasar.


Rápidamente tras salir de Gégal encaro la vertical que lleva por una buena carretera donde han reforestado un pinsapal que se agradece a la vista. La primeras curvas, paellas, 180º hacen acto de presencia y Olivia y yo, sobre todo yo, me agarro firme al manillar y los primeros gramos de tensión se empiezan a exfoliar de mi alma. Dura poco, veinte curvas, a la veintiuna ya respiro, vivo y siento como si llevara toda la vida subiendo por allí.


El primer alto del día tiene nombre de mujer: Luisa, Venta Luisa, y ya rozo los 2000.



Sigue el camino que te encuentras de frente, te lleva un poco más arriba y hasta los cuatro observatorios gigantes que están esperándote a que vayas a verlos en Calar Alto.



Eso hice, llegar y hablar con amigo motero de Aguadulce (municipio almeriense) que se conocía aquella zona perfectamente y que hoy estaba probando su nueva montura. Ya me habló de "La Tetica" señalando una montaña en el horizonte con forma de eso, de seno, de teta, pero yo ni le eché cuentas.

Parada de rigor, fotografía, vídeo, charlar con las personas que me pude encontrar por allí y a seguir camino.

Me dice el google map que el Alto de Velefique está a 17km. Tomaa, bola extra. Voy hacer tan visitado y nombrado paso de montaña, si lo tengo ahí mismo, me decía.

Gire a la izquierda me dijo como siete veces la voz del navegador. Gire a la izquierda me dijo malsonante esta vez la dulce voz que ya no era tan dulce. Sería que yo le gritaba y me daba la vuelta siete veces pues me adentraba en una pista de tierra, y mi dulce Olivia es todoterreno, pero yo no. 17 km de pista forestal son tres horas de carretera asfaltada llena de curvas. Que delicia de error.


Vuelvo a ubicarme mirando al cielo con el móvil en la mano, joder como los observatorios que acabo de visitar. Y mira por donde me explica que lo más rápido es volver a bajar el camino andado llegar a la localidad de Tabernas y subir hasta Velefique.

Perfecto, yo quiero hacerlo de subida, no de bajada, pero no quiero repetir algo que es nuevo para mi. Abro la pantalla del teléfono y veo dos hilos enmarañados que unen dos pueblos y caen justo en la parte de abajo de Velefique.

Pues allí que me voy.


Olula de Castro y Castro de Filabres, son dueños y señores de aquellas colinas y valles unidos entre sí por una carretera infernal que hará las delicias de los que nos gustan el balanceo de las dos ruedas.

Que delicia, que visión tan magnifica para mis ojos, cuantas fotografías, cuantas paradas para contemplar tan bello y extraño paisaje, que gran asfalto para mi seguridad y cuanto neumático gastado el 1 de septiembre (ya he pedido un par de gomas nuevas)




Perdido pero con un objetivo. Jajaja, A ver si eres capaz de superarlo.

Siempre adelante. Hasta llegar al cruce. Por fin. Velefique a la izquierda, Tabernas a la derecha, lo había conseguido. Giré a la izquierda y me encontré de frente este pueblo.




Enseguida te muestran la importancia que tiene este Alto o Puerto de Montaña. Mucha moto y mucha bicicleta transita por aquí, y si que tiene ese punto de respeto, divertimento, altura, y giros imposibles. Venía ya de miles de curvas ratoneras y serpenteantes, pero esto son palabras mayores.



Disfrútalo, sube tranquilo y saborea esas curvas imposibles. Degusta el paisaje y respeta donde estas, o al menos, así lo entiendo yo, y me divertí mucho.



Cumplí los objetivos iniciales, tarde, pero los cumplí, y ya puesto...

A la derecha me encontré un camino que subía al "Mirador de la Tetica". La Tetica, la Tetica, joder de qué me sonaba eso. Claro, por la mañana, el compañero de Aguadulce me lo señaló desde el Observatorio Calar Alto. Pues ya puestos, subí.

Magnificas vistas, un lugar excepcional.




Vámonos ya, que son la 4 de la tarde y aún no he comido nada y estoy en lo alto de la mitad justa del Valle de La Almanzora.


Sigo en una carretera infinita de curvas y todavía me queda un gran trecho.

Bacares, Bayarque y Tíjola. Tíjola ya lo conozco y sé que cuando pase Serón podré comer El Hijate. Y así fue.



Luego llegó Baza, la A-92N de nuevo y Guadix e Iznallor y la A-44 hasta mi casa.


Este fue el primer día del mes de septiembre donde nuestra mochila la llevamos demasiada cargadas de mierdas que nos estamos tragando por las circunstancias tan raras por las que estamos pasando.


Espero que si has llegado hasta aquí y hayas leído esto, te haya servido para olvidarte de lo que hay más allá de las malditas mascarillas y de estos momentos que estamos pasando. Esa ha sido mi intención.


Os dejo el vídeo, otro tostón del pesado de la Ardilla que se muere por salir mañana a rodar y mostrar y vivir nuevas carreteras y nuevas aventuras moteras.




Salud.

Gasolina y Escarcha..








 
 
 

6件のコメント


davidcueto1148
2020年9月09日


いいね!

davidcueto1148
2020年9月09日


いいね!

davidcueto1148
2020年9月09日


いいね!

davidcueto1148
2020年9月09日


いいね!

davidcueto1148
2020年9月09日


いいね!
  • facebook

©2019 by La Ardilla Vuelve. Proudly created with Wix.com

bottom of page