Lo que vi y viví en el Wheels and Wave
- La Ardilla Viajera
- 15 jul 2019
- 6 Min. de lectura
Jaén las 05.30 h de la mañana y por delante 847 km hasta Biarritz . Es miércoles y el bono que compré es para cinco días, 60 euros costó entrar al recinto esos 5 días.
No os contaré el placer de viajar en moto, ya estáis hartos de ver y leer, sobretodo de ver, ya que se está perdiendo las formas de entrelazar letras y palabras y contar una historia mientras el receptor se la imagina y la cosa cobra magia. Además, me guardo el Pirineo para más adelante que hay mucha tela que contar.
Os hablo de un evento con mayúsculas. De estos que aparecen en el calendario de visita obligada a aquellos que nos gusta esa vuelta de tuerca más de la Cultura Motera y ver de primera mano por dónde camina las tendencias en ese llamado movimiento "underground y de garage" que últimamente afortunadamente se empieza a nutrir este país de Despeñaperros para arriba.
Dicen las malas lenguas que el Wheels and Wave es el origen, aunque lenguas mas viperinas y canallas lo sitúan en Alemania en Zeche Ewald-Herte en el Kustom Kulture, pero creo que aunque movidos por la misma pasión, son primos retirados estos dos eventos
El Wheels and Wave es la afirmación de que es real este movimiento y llega hasta las grandes esferas de la motocicleta aunque lo quieran pintar de color ocre o vintage que sería lo correcto en este caso.
Si, los viejos rokeros nunca mueren, y a muchos nos gusta ese punto de nostalgia y romanticismo y este evento es la confirmación que esa vieja Norton o Triumph, o que aquella Treton de tu bisabuelo aún puede vivir y lucirse estos días por la costa francesa en una orgía de añiles modelos que pulcramente salen a relucir en los días grises de la costa sur francesa.
Tanto, que todo lo que rodea a este evento sea nuevo o antiguo tiene una patina de mediados del siglo pasado, incluso anterior.
Yo flipé al ver semejantes maquinas aún circulando junto a mí, esto en España es inimaginable. No te deja ninguna administración, Comunidad Autónoma, miles de leyes restringidas, millones de homologaciones...y así un largo etcetera que te hace imposible sacar una Ossa o Bultaco a la carretera a no ser que tengas más papeles y autorizaciones que el tiquet de la compra del mes en el Carrefour y el papeleo de una hipoteca juntos.
Me dicen esas malas lenguas al oído que tanto me gustan, que de Francia para arriba es otro mundo respecto a la motocicleta, que sí, que allí ancha es Castilla y que las motocicletas no necesitan tanta ITV, homologaciones ni tanta burocracia para disfrutar de ellas.
Ya lo comprobé en diciembre del 2018 cuando fui/fuimos a la invernal de Millevaches en el macizo central de Francia y solo se veían viejas maquinas con sus viejos sidecar y sus viejos remolques pululando por los bosques del macizo central francés, lloviendo, nevando y con sol.
En el Wheels and Wave rizan el rizo y las marcas oficiales estiran sus cuellos y alzan sus barbillas hasta casi enucarse si es necesario cuando sacan su modelos más últimisimos con un maquillaje de los años 40 o 50, y es ahí cuando me doy cuenta de la importancia de este evento y de este movimiento.
De "underground y garage" tiene poco, allí la cerveza se toma con el meñique para arriba, --- no me jodas que estamos en la crem de la crem de la costa francesa..!!---
Sus patrocinadores oficiales compiten por ver quien la tiene más grande, o más gorda, o más larga, (perdón por la expresión) y mientras Indian saca su arsenal más retro y nuevo a luz del del día te invita al "Infierno de Los Urales" ,y tú embobado ves como dos moteros suicidas hacen un espectáculo acrobático girando en el circulo de la muerte.
Y la tarde del viernes, donde el sol se pone por el horizonte del magnifico atlántico cuando hay sol, aparecen en el cielo siete u ocho aviones haciendo acrobacias en cielo del festival durante un rato mostrando en sus panzas el nombre del segundo o primer patrocinador de este evento.
-- Coño Breitling no vende motos pero si un montón de relojes y creo que valen una pasta.
Vale, todo huele a limpio, todo está limpio, todo está demasiadamente aseado para ser verdad.
Sí, esa verdad que vale una pasta, y que los que están ahí saben que tienen que estar porque ese es el lugar.
-- Joder que unos aviones están haciendo piruetas para mí con la playa de fondo y cientos de motocicletas cuidadas al detalle. Este es el sitio, sin duda...
Indian, BMW, Moto Guzzi, Royal Enfield, Honda, Huqsvarna, Triumph, Norton, Brouqh Superior y otros tantos fabricantes/ingenieros artesanos que muestran sus Café Racer y transformaciones imposibles que simplemente son obras de arte con dos ruedas.
Si amigos, este es el sitio, este el lugar donde los viejos zorros de cc dudosos cobran sentido. Además este evento se baña en perfume de añoranza, y prepara carreras de aceleración al más estilo vieja escuela, y en la recta de una carretera perdida acondicionada para esto, dos viejas motos compiten por hacer ese cuarto de milla acelerando a tope al golpe de una salida banderola en mano de una femina y que tan famoso y envidada es él o la que gana esta prueba. Y que esa vieja Honda Goldwind sin carenado, sin la mitad de su ser, pero con muchos años encima, y se balancea por el asfalto tosiendo ya, hace las delicias de los allí presentes, aunque dure siete minutos en llegar. Llegar es lo de menos. Lo de más es sentirte piloto importante por unos segundos “Punk's Peak Sprint Race” se llama esta prueba
O nos vamos a un circuito allí en lo alto, tras mil cruces y mil carreteras de montaña para ver como saltan y siguen gozando las viejas endureras con sus viejos y viejas endureros en lo alto de esas monturas y que sonríen a cada salto que dan o a cada curva que se le viene encima. Las primeras Yamaha Teneré, las Hondas RX600 - 250, Yamaha Special, pequeñas Montesas, Benelli. Un sin fin de viejas glorias que hace 25 o 30 años ya nos sacaban ese punto de emoción cuando salíamos al campo con ellas. Carrera de enduro "Deus Swank Rally X Wheels and Waves" , enduro vintage.
Si, este es el evento al que tenía que venir para corroborar que es real y que lo que quiero montar en La Ardilla Vuelve tiene sentido y no soy un loco.
Si, bajamos hasta San Sebastián, hasta el hipódromo de San Sebatián donde allí nos espera un Dirt Track espectacular.
Cientos de moteros paseando por aquella histórica instalación, pisando la tierra que tantas herraduras pisaron para aclamación del público entregado de los años 80/90 década de máximo esplendor de estas pruebas equinas, pero que hoy aun conserva esta instalación pulcra para el disfrute, en este caso, de una prueba de Flat Track. Hoy los caballos son en cc.
Hipódromo “El Rollo Flat Track Race” de San Sebastián así se presenta esta actividad en el programa.
Por eso estoy aquí, por eso lucho por incorporar una muestra de todo esto que voy a ver a más de 800 km de mi ciudad. Esto es lo que quiero. Y por suerte, lo he visto en otros eventos.
Qué NO me quedo.
No me quedo con el exceso de días. No me quedo con un recinto pequeño y donde las actividades estaban lejos del recinto, más lejos aún para los que venimos desde muy lejos. No me quedo con los kilos de postureo, pero esto existe en todos los lugares y ámbitos. No me quedo con sus precios elevados.
Qué SÍ me quedo.
Me quedo con lo real, con la apuesta clara de marcas oficiales por este formato, por esta forma de entender la motocicleta y esas modalidades tan apasionantes que veíamos de lejos y que ya se están haciendo aquí. Me quedo con el parking de motos que hay en el Wheels and Wave, mejor incluso que las motos expuestas en el recinto. Me quedo con las playa de Biarritz, con Biarritz y sus alrededores.
Me quedo con el primer campamento de La Ardilla Vuelve y la experiencia vivida.
Me quedo con Javi y Javi, padre e hijo que conozco allí y espero que sea por mucho tiempo.
Y por supuesto, me quedo con 5Special, con Sito y Lucia, con su gente que les acompañan y corren y saltan con ellos, con Marcos de Asturias, y con el chaval de Puertollano (Ciudad Real) que ya es asturiano, y la amabilidad de sus parejas que me ofrecieron conversación y una silla para esa tarde que casi llovía.
Sí, 5Special merece una mención especial. La Ardilla Vuelve será más con ellos y ellas sin duda.
Hasta aquí lo que vi y viví en el Wheels and Wave de Biarritz.
Ahora subo a Asturias, a la playa de la espasssa en Caravia a un evento similar, pero mil veces mejor que este que he visitado en Biarritz.
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