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El final siempre es lo mejor. Más Gas 2020

  • Foto del escritor: La Ardilla Viajera
    La Ardilla Viajera
  • 24 feb 2020
  • 6 Min. de lectura

Siempre lo he dicho:

La mesa de tú casa llena de amigos y familiares es el mejor don que te puede otorgar la vida.


En este caso la mesa era un fuego largo, pero por lo demás, todo es un don ganado a pulso.


Estamos en la Invernal de Más Gas Club en Espiel (Córdoba).


Ésta es la 5ª edición en este formato, y de nuevo vuelven a tener la mesa llena de amigos y familiares.

Bien se lo merecen. Es más, se lo han ganado a pulso y por méritos propios. La perseverancia al igual que la amistad se basa en una sinergia que se nutre entre unos y otros, y serán los años, el trabajo y la amistad los que han hecho de este Club todo un referente y ejemplo de comportamiento, fraternidad y defensa a ultranza del compañerismo y cultura motera.

Este año en el Más Gas Club están de aniversario. Y ya han comenzado a celebrarlo, pero eso (que es lo mejor) te lo cuento al final.


Aun estando cerca de este evento, la mañana del sábado comienza temprano, vamos a callejear antes entre las reviradas carreteras acotadas por este mar de olivos que tenemos en común nuestra provincia y la provincia vecina en el que está nuestro destino.

-llegas al cruce de Alcaudete y a la derecha, y luego la Estación de Luque, Zuheros, Cabra y Lucena, como toda la vida.

Así que dejamos la frontera de Sierra Sur a nuestra izquierda y movemos nuestra veleta hacia la Subbética. Esta vez no podemos adentrarnos en este espectacular enclave, pero está en la hoja de ruta de La Ardilla Viajera mostrar tan excepcional entorno con tanta historia y patrimonio natural y cultural.

En Lucena nos espera otro Ardillero que lleva nuestro mismo destino.



Enfundados los cuatro ya en nuestro objetivo viajamos livianos por la insulsa autovía hasta Córdoba donde, dirección Badajoz, nos adentramos en una de la arteria que cruza Sierra Morena y nos enseña por donde transitamos vestigios de lo que es el Valle de los Pedroches.

Sierra Morena nunca defrauda. Encinas y valles verdes de pasto, quizás el último reducto del monte mediterráneo puro y duro que queda en este país.

No hace mucho circular por aquí era una penuria, y hoy, -párate joder, y disfruta de lo estás viendo-, las prisas y los objetivos finales hacen que volemos por estos enclaves y no seamos capaces de apreciar este lienzo de tonos verdes, encinares antiguos y un ganado pululando libremente de apretaduras. Cruzamos este y otros paraísos sin apreciar lo que nos flanquea, sin valorar dónde estamos. Estas magníficas carreteras hacen tanto bueno como malo muchas veces.

El mototúrismo pausado puede ser la ventana que queda y que muestra estas veredas, caminos, lugares que están en el olvido y que hay que recuperar para el bien de los sentidos.



Espiel es la puerta hacia el Valle de los Pedroches, otro punto, además con asterisco, en la hoja de ruta de La Ardilla Viajera. Y será en la antigua estación de tren, hoy rehabilitada para el uso y disfrute de senderistas y escaladores, donde se celebra esta Reunión Invernal a la que nos dirigimos. Ya no pasará el tren por aquí, pero al menos, su vieja estación y apeadero aún conserva la vida de antaño, aunque sea los fines de semana gracias a la conservación y rehabilitación de la misma para fines lúdicos naturales.



A las puertas te recibe el gran Motoviajero Xuankar García. – ahora recuerdo en la entrevista que le hice allá por octubre o noviembre, el valor que le puso a los mimbres y principios que se inculcan desde este Club Motero y que él abandera al igual que los demás componentes del mismo. Otro compañero suyo, de madrugada ya, corroboraba todo esto, cuando es el Club, en un momento dado de su vida, ayuda y aconseja para reubicarse de nuevo en el rumbo lógico. Tantos años y con tanta fuerza, no tiene más sentido que ser un gran Club lleno de amistad y empatía con el mundo motero-

Llegamos pronto, y la mesa larga que esta vez es una hoguera más larga aún, ya la empezaban a vestir.

El hule o mantel son raíces de encinas, poda de olivo, y algún que otro olmo viejo para dar aroma. Esta mesa empieza a coger tintes épicos. Ya se ven las primeras sillas, trébedes, perolas, parrillas, y abrazos y estrujones por doquier.



Nosotros montamos nuestro campamento ardillero y decidimos ir a conocer el entorno, el día y el enclave incitaba a no bajarse de la motocicleta.

Comimos largo y tendido en el municipio de Espiel, con charla de sobremesa versión extendida modo motero 2.1. Lógico, desde La Ardilla Vuelve los hermanos Cruz y yo no nos hemos visto y tenemos mucho de qué hablar. En esta escapada el bueno del Tron (Jorge) también nos acompaña.

Tras el café cortado con hielo y el spresso cargado fuimos a pueblo de Belmez para conocer el extravagante castillo que se alza en mitad de este valle en lo alto de la única (y mínima) formación rocosa que empaña esta llanura. Extravagante, pero especial y digno de visitar. Con una vistas inmejorables, y otro café a su pies que nos preparó para lo que se nos venía encima.



Llegamos casi anocheciendo al recinto de la Invernal, de nuevo abrazos y saludos. Preparamos nuestras viandas y nos dispusimos a sentarnos en aquella mesa larga.


<<”Lo que son estas cosas. Paso junto a un grupo de chavales que no conozco, ni ellos a mí, pero oigo en su conversación: - Ésta es mi última lata de cerveza- extrañado y entre chanzas le dije: - pero hombre, cómo va a ser tú última cerveza, si la noche no ha hecho sino que empezar –

-tú tienes – me preguntó. –pues en este momento no- le contesté. Y me dio su última lata de cerveza con un por favor acéptala….yo al rato le di varias últimas cervezas mías que llevaba, claro, la cosa funciona así.


De esas cervezas, ya estuve hablando con él en un muy mal portugués de mi parte y un casi perfecto español por la suya. Conocí a una persona alrededor de una lumbre que nos emplazamos para vernos en la concentración Faro, y todo, por su última cerveza y la mía, y todo, por esa mesa larga llena de amigos y amigas que pareciera nos conociéramos de toda la vida.

Claro, por allí andaban los buenos de Veloces de Bailén, Domingo de Trotamundos de Elche, Box77, Gabriel Vissio y Juan Milla, gente que me saludaba y felicitaba por La Ardilla Vuelve, un número importante de componentes del Moto Club de Faro, amigos estos de Más Gas Club de toda la vida.





La noche tornó alrededor de esta lumbre, con la parrilla repleta y una botella de vino vacía rápidamente, de varias últimas cervezas y mucha conversación.

La madrugada, aunque el día fuera casi veraniego, el desplome de la temperatura se notó al minuto de encerrarme en el saco de dormir, se nos olvida que es invierno, pero a estas latitudes no.





La escarcha y el frío se combaten con el café con leche caliente y bocata que la organización brinda a los inscritos cuando nos levantamos el domingo.




El resultado final de esta ecuación, como en casi todas a las que asisto, es positivo. Da igual que sume, reste, multiplique o divida al final siempre es sale una sonrisa en mi cara.

Es digno de mención y dar la enhorabuena a la organización de esta Reunión Invernal, y a este Club por eso son todo un referente a lo que a clubes moteros se refiere.


Sigo poniendo en valor esta forma de entender la vida. Sí, soy el “pesao de la ardilla”, pero esto es cultural, social, y seguiré mostrándolo. Y mientras conduzco por esta carretera de Sierra Morena camino al Cerro Muriano, camino a Córdoba rodeado de motos portuguesas, alicantinas, cordobesas, metido dentro de mi casco le empiezo ya a dar forma a este artículo.


Y si has llegado hasta aquí ávido lector tras esta turra. Te lo agradezco y te dejo lo mejor para el final. Un final que reafirma este convencimiento mío de que el movimiento motero es una cultura que hay que poner en valor.


Es más, que os lo cuenten ellos que cumplen 30 años..!! y lo van celebrar por todo lo alto.

Gracias Jose María (presidente) y Mateo (vicepresidente) por dedicarme estos minutos.

30 años de vivir hombro con hombro una idea en común, donde se le han sumado unos y otros y han creado esta familia.


Felicidades MÁS GAS CLUB.



Gasolina y Escarcha..!

La Ardilla Vuelve


texto de: Pedro wiwi Martos



 
 
 

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